¿Es realmente Miranda Priestly una villana?
A 17 años de su estreno, The Devil Wears Prada sigue siendo una película icónica y la favorita de muchos.
Basada en un best seller escrito por Lauren Weisberger, quien se inspiró en sus experiencias como ayudante de la redactora en jefe de Vogue USA, Anna Wintour, para la creación de su novela.
Estoy segura de que todos la hemos visto al menos una vez, y si no lo has hecho, no puedo esperar a que acabes este blog y corras a verla.
En este filme, se nos abren las puertas al detrás de escena del mundo de la moda, con las ya tan conocidas marcas, desfiles, y la tan famosa semana de la moda.
Y ni hablemos del reparto, que ha sido uno de los más acertados y memorables.
Pero bueno, hoy les vengo a escribir lo que realmente siento que nos ha rondado en la cabeza a muchos.
¿Es realmente Miranda Priestly la villana?
Estoy segura de que, al inicio del filme, todos odiamos a Miranda, siendo tan despectiva, tan arrogante y poco cordial con su equipo.
O al menos Andy siempre lo sintió así, y es que claro, cualquiera que estuviera en su posición pensaría que somos el peor enemigo de Miranda.
Aunque bien, Priestly es dura y exige demasiado, siento que tenía mucha fe puesta en Andy, “Dale la oportunidad a la chica lista”.
Si lo vemos desde el lado feminista, Miranda tenía que ser así para triunfar “En un mundo gobernado por hombres”, tal y como dicen, si un hombre hiciera lo que hace Miranda, seria extraordinario, pero ella era la temida “Dama Dragon” que ni siquiera podía mantener un esposo, y aunque siempre la vimos muy preocupada por sus dos gemelas, eso al parecer no importaba mucho, porque claro, una mujer debe hacer el rol de madre, trabajadora, esposa y todo lo que se venga encima.
Miranda sabía que Andrea era una mujer capaz, inteligente y que tenía bien planteados sus objetivos, solo que algunas veces era cegada por otras cosas. Y que claro, debía ser dura con ella para que viera su propio potencial.
“Si no fuera por el $%& novio...”
Otra de las cuestiones que debemos tocar es la clara relación tóxica que existía con Nate (novio de Andy), quien aplicaba la de “Me tiró al suelo para que me levantes” sintiéndose relegado a un segundo plano casi en todo el filme.
Desde el comienzo él sabe lo importante que era para Andrea poder conseguir el puesto de asistente, no porque realmente le interesara ser una master en moda o conocer todo sobre los diseñadores, sino porque sabía que era un peldaño en su camino a tener una excelente referencia futura para conseguir lo que realmente buscaba, un puesto como periodista, porque se sabe que, sin las herramientas correctas, es casi imposible llegar lejos.
Yo creo que recibió el apoyo de Nate como 5 minutos, porque luego se la paso incitándola a renunciar, reprochándo que no tenía toda su atención y queriendo además que obtuviera experiencia y dinero de quién sabe dónde.
Porque si, sabemos que Andy pagaba la mitad de su arriendo, cuando su papá termina dándole un poco de dinero para evitar el atraso del pago, no es que eso esté mal, pero como que no se ponían de acuerdo.
Inclusive la guionista de la película, Aline Brosh McKenna, reconoce que este personaje es “egoísta, caprichoso y chantajista”. Tres adjetivos que sin duda describen a cualquier persona responsable de una relación tóxica.
Por un lado, es comprensible que Nate resintiera el abandono, pero podemos decir que solo era por un año, aunque claro, si Andy trabaja en un importante periódico, es posible que igualmente no tuviera todo su día para Nate.
Con esos amigos, para qué quiero enemigos
No podemos olvidarnos de los amigos de Andy, quienes también tenían cola que les pisen, porque cuando de regalos costosos se trataba, amaban su trabajo.
Pero si llegaba tarde por cuestiones del mismo, ya no era tan divertida.
Diré que a algunos “amigos” les gusta que triunfes y brilles, mientras no lo hagas más que ellos. Volvemos al punto, puedes regalarles un costoso y exclusivo bolso Marc Jacobs, pero a cambio no puedes esperar el apoyo de alguien cuando anuncias tu viaje a la semana más importante de la moda en París.
Incluso Nigel, que podríamos decir, no tendría algún interés en ser amigo de Andrea, se vuelve un apoyo más grande, al ayudarla a superarse y sentirse cómoda en ese mundo desconocido.
Comprende Andrea “En este lugar donde tantos morirían por trabajar tú sólo te dignas a trabajar.”
Una frase que para Andy fue un balde de agua fría y solo la hizo replantearse si realmente hacía bien su trabajo.
En fin, espero que con esto puedan tomar partido y sacar sus propias conclusiones si es que nunca se habían replanteado todo el trasfondo, seguramente hay mucho más que notar y analizar, y la mejor parte de todo, es que podemos ver una y otra vez esta joya del cine.
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